13 de septiembre de 2011

Las piramides financieras

Por:
José Raúl González Merlo.   

Bernard Maddof, el infame estafador estadounidense pasará el resto de su vida en prisión luego de haber malversado los ahorros de miles de inversionistas por el increíble monto de sesenta y cinco millardos de dólares. El mecanismo usado se conoce como una "pirámide financiera". Pero, no obstante ser ilegal, es el mismo que usa el seguro social en su régimen de pensiones.

 

Una "pirámide financiera" es un esquema mediante el cual una persona convence a varios inversionistas para que depositen su dinero con él. Los primeros son generosamente recompensados haciendo creer al resto que los rendimientos son legítimos. Sin embargo, son ficticios ya que provienen de los nuevos depósitos de las personas que, progresivamente, son incorporadas. La estafa funciona mientras los fondos que entran sean mayores de los que salen pero, tarde o temprano, la gente se da cuenta y deja de participar. Los primeros que entraron obtienen los beneficios; los últimos las pérdidas. Mientras tanto, el estafador desaparece con su tajada. La pirámide de Maddof funcionó por décadas; otras funcionan pocas semanas. Muchos países han emitido leyes que penalizan ese tipo de esquemas, claro está, a menos que sea el Gobierno quien haya creado la pirámide.

 

El régimen de pensiones del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social y todos los sistemas de pensiones que funcionan bajo un "régimen de reparto" son pirámides legales. Pero no por ser "legales" dejan de ser estafas. Las pensiones del IGSS se podrán seguir pagando en tanto haya suficientes trabajadores "activos" que paguen los beneficios de los trabajadores "pasivos". O sea, la vida del régimen depende, al igual que una pirámide, de que entren más trabajadores de los que salen. Pero, como cada año, hay menos trabajadores activos y más trabajadores pasivos el régimen está condenado. En otras palabras, si cuantificamos hoy el valor presente de las promesas futuras, el sistema está quebrado.

 

Al menos los inversionistas de Maddof tenían una ventaja: hasta antes de que se conociera que todo era una pirámide, en cualquier momento se podían salir y recuperar su dinero. Sin embargo, los trabajadores afiliados al IGSS no tienen esa opción. Todos están obligados a participar en esa pirámide y nadie se puede salir aunque sepan que es un engaño. Por ello es tan importante reestructurar el régimen de pensiones para que deje de ser una estafa intergeneracional y se convierta en una fuente de ahorro e inversión para beneficio de todos, especialmente de los más pobres.

 

Adicionalmente, vale la pena que la ciudadanía abra los ojos y se de cuenta que, como siempre, el único que puede estafar "legalmente" y violar los derechos ciudadanos es el gobierno. Por ello es tan importante limitar el poder de los gobernantes.


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